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Leo autoras africanas

Leo autoras africanas
Chimamanda Ngozi Adichie es una de las voces más influyentes a nivel mundial ©Foto: Wani Olatunde
Chimamanda Ngozi Adichie es una de las voces más influyentes a nivel mundial ©Foto: Wani Olatunde
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Ángeles Jurado

Periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África
Chimamanda Ngozi Adichie es una de las voces más influyentes a nivel mundial ©Foto: Wani Olatunde
Chimamanda Ngozi Adichie es una de las voces más influyentes a nivel mundial ©Foto: Wani Olatunde

El título de esta entrada es un hashtag, una campaña en redes sociales que promueve la lectura de la literatura escrita por mujeres del continente africano. Le dan vida editoriales que se han consagrado a publicar y traducir a escritoras africanas o afrodescendientes y que quieren darlas a conocer entre el público más amplio posible. Es también una vocación que asumimos en el club de lectura de Casa África (rebautizado desde el año pasado con el nombre de Antonio Lozano), que ha empezado 2020 dejándose llevar por las palabras de dos autoras nigerianas: Chinelo Okparanta y Oyinkan Braithwaite. Nuestro interés en leer a autoras africanas parte de su calidad, pero es obvio que también pretende saldar una deuda con la historia no contada del continente, doblemente oculta al venir de labios y dedos de mujer. #LeoAutorasAfricanas es una declaración política, activista. No en vano, comenzamos el mes de marzo de la mano de una norteamericana de padres ghaneses, Yaa Gyasi, que incluye la siguiente cita en su novela: «Cuando estudias historia, siempre debes preguntarte: ¿Qué otras historias me estoy perdiendo? ¿Qué voz fue suprimida para que esta otra pudiera salir?» Yaa Gyasi.

Una vez dicho todo esto, hay que admitir que la situación de las escritoras africanas ha mejorado en las dos últimas décadas en lo que se refiere, al menos, a nuestro país. Estamos de suerte porque sus voces están protagonizando una explosión creativa y editorial en los años que llevamos de nuevo siglo. Sus obras, sobre todo desde las zonas del continente donde se habla inglés, trufan las estanterías de nuestras librerías y bibliotecas. Podemos poner por testigo y considerar parte de esta tendencia uno de los libros que hemos publicado en nuestra colección de literatura, “Ellas (también) cuentan”, una antología editada y traducida por el experto Federico Vivanco que reúne a una veintena de escritoras afro anglófonas.

La literatura africana en inglés suele ser fresca, ágil y con un lado dramático tan acentuado como su belleza formal. A veces hiere la vista con su mezcla de dolor y esplendor. Además, incluye todo tipo de temas en su repertorio, desde el amor lésbico tratado por editoriales como Baphala a la xenofobia a través de los ojos de Kopano Matlwa, pasando por el conflicto de Biafra novelado por niñas o mujeres de ficción y la radiografía social de Chibundu Onuzo. En el universo anglófono encontramos los nombres de centenares de mujeres, desde la matriarca Ama Ata Aidoo a otras firmas clásicas, como Tsitsi Dangarembga o Lola Shoneyin. También podemos descubrir nuevos valores emergentes, incluyendo autoras como Edwige Dro, francófona de nacimiento, pero que adora expresarse en inglés.

Fatou Diome en Casa África ©Foto: Ángeles Jurado

Nuestro club de lectura explora estas opciones, embelesado, con la brújula apuntando hacia Zimbabue, Nigeria o Sudáfrica. Pero el mundo no se acaba en África meridional u oriental, donde se asentaron fundamentalmente los colonos ingleses. La lusofonía tiene también a sus maestras y activistas, quizás agrupadas bajo la sombra de la capulana de Paulina Chiziane. Y las francófonas tienden a adoptar un aire diferente, quizás en ocasiones más ceremonioso y alambicado, aunque siempre puede sorprendernos la sencilla ternura de Véronique Tadjo, la rabia inmisericorde de Fatou Diome o el desparpajo explosivo de Calixthe Beyala. El español se sitúa en el Sáhara occidental o en Guinea Ecuatorial, aunque también lo han adoptado nativos de otras lenguas que se enamoraron de nuestro idioma. Y, por supuesto, está el infinito universo de las lenguas africanas, el árabe y demás opciones. Se da en nuestros días una labor de recuperación o descubrimiento de las obras de mujeres como Aminata Sow Fall, Fatou Keïta, Mariama Bâ o Maryse Condé, que convive con la escritura que llega desde la pequeña y olvidada Guinea Ecuatorial (Raquel Ilombé o Trifonia Melibea Obono), que se mezcla con nuestros idiomas y saberes (Agnès Agboton) o que surge hija del mestizaje (Lucía Mbomío). Los nombres son, afortunadamente, legión.

Creo que es importante repetir que África es un continente enorme, vastísimo, diverso y apabullante, donde nacieron la palabra, la escritura, la música, la historia y, en resumen, el ser humano. El listado de obras que tenemos pendientes aumenta día tras día y los nombres de mujer están cada vez más presentes en nuestra tonga de lecturas previstas para el futuro. Nos queda perdernos en un laberinto de historias que representan, como mínimo, a la mitad de la humanidad africana, además de conectar y disfrutar con esos universos.

Ángeles Jurado es periodista y forma parte del equipo de Medios de Comunicación de Casa África. Además, es la coordinadora del Club de Lectura Antonio Lozano de Casa África.

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