Las mujeres son un recurso humano importante y a menudo infrautilizado en África. A lo largo de la historia, han tenido que hacer frente a numerosos problemas. El acceso limitado a la tierra, la financiación, la educación y las plataformas de toma de decisiones ha impedido que las mujeres de todo el continente puedan participar plenamente en la economía verde.
Una economía verde es aquella que mejora el bienestar y la equidad social al tiempo que reduce los riesgos medioambientales. Exige que las personas gasten menos recursos para crear más.
Mientras el mundo avanza hacia energías renovables y busca formas de adaptarse al cambio climático, se están abriendo nuevos sectores de trabajo. Con acceso a competencias ecológicas, la productividad de las mujeres en la economía verde podría triplicarse, especialmente en el caso de la agricultura, la energía, la fabricación y la transformación.
Por ejemplo, las agricultoras podrían aprender técnicas de agricultura climáticamente inteligente, como el riego por goteo o el cultivo de cosechas resistentes a la sequía, mientras que las técnicas podrían recibir formación para instalar y mantener paneles solares. Se trata de formas prácticas de recualificación (actualización de las capacidades de la gente para adaptarse a los nuevos empleos verdes).
Las iniciativas mundiales de mejora de las competencias y el reciclaje profesional en materia de ecología, como el Pacto de Empleos Verdes para los Jóvenes, suelen dar prioridad a los jóvenes con empleo formal. Sin embargo, en África, las mujeres no solo se encuentran entre las más afectadas por el cambio climático, sino que también tienen un papel fundamental que desempeñar para aportar soluciones. Desde la agricultura hasta la recogida de agua y el uso de la energía en los hogares, las mujeres lideran la búsqueda de formas innovadoras de hacer frente al cambio climático.
Muchas mujeres africanas ya aplican prácticas tradicionales que cuidan el medio ambiente. Las mujeres son también más propensas a adoptar prácticas sostenibles e influir en la adaptación a nivel comunitario. No obstante, para seguir el ritmo de los desafíos climáticos en constante evolución, también deben estar dotadas de competencias modernas y tecnológicas. De este modo, el reciclaje profesional verde preserva los conocimientos locales y los mejora con nuevas herramientas y técnicas.
Somos especialistas en género, cambio climático, desarrollo sostenible y economía. Investigamos cómo se puede impulsar el crecimiento de África desde una perspectiva que integre la igualdad de género, la acción climática, las finanzas digitales y la innovación tecnológica.
Nuestro último libro se basa en esta visión y analiza estrategias para impulsar el desarrollo sostenible en toda África. El capítulo 9, «Recualificación ecológica de las mujeres africanas para la acción climática» se centra en las competencias ecológicas y con perspectiva de género, así como en las capacidades digitales ecológicas, que son esenciales para que las mujeres prosperen en la transición climática del continente.
Para que las mujeres adquieran estas competencias verdes, los Gobiernos y los socios para el desarrollo deben diseñar programas inclusivos que den prioridad a la igualdad de género, en particular para las mujeres rurales, discapacitadas y marginadas. Los responsables políticos deben integrar la recualificación verde en las estrategias nacionales sobre el clima, las reformas educativas y los planes de empleo.
Esta es la única manera de lograr una transición justa que no deje atrás a las mujeres.
Las mujeres no solo deben ser beneficiarias de las soluciones climáticas, sino también cocreadoras activas y líderes en su puesta en práctica.
Competencias ecológicas y inclusivas en materia de género
Este es el primer conjunto de competencias ecológicas que deben adquirir las mujeres africanas. Entre ellas se incluyen:
- Competencias en gestión de activos naturales. La capacidad de identificar, evaluar y conservar recursos como los bosques, las masas de agua y el suelo. Se encuentran en puestos de trabajo cuyo objetivo es equilibrar el medio ambiente en el futuro, incluso a medida que el clima se calienta.
- Competencias de apoyo a la industria con bajas emisiones de carbono. Son las competencias necesarias para trabajar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre ellas se incluyen las energías renovables, la reducción del impacto medioambiental del transporte marítimo y terrestre, y la fabricación sostenible.
- Competencias de resiliencia climática. Competencias que ayudan a las comunidades a adaptarse al cambio climático. Algunos ejemplos son el cultivo de cosechas resistentes a la sequía o la construcción de infraestructuras que puedan soportar inundaciones.
- Competencias en materia de eficiencia de los recursos. La capacidad de utilizar los recursos naturales de forma inteligente, reduciendo los residuos y los costes. Algunos ejemplos son el reciclaje, el ahorro de agua o los envases sostenibles.
Competencias digitales ecológicas
Este es el segundo conjunto de competencias ecológicas esenciales que necesitan las mujeres africanas:
- Competencias digitales y de marketing ecológicas. La capacidad de utilizar plataformas digitales para comercializar y promover productos y servicios respetuosos con el medio ambiente.
- Competencias digitales en materia de monitorización e inspección ecológicas. Utilizar tecnologías como sensores y análisis de datos para realizar un seguimiento de los cambios medioambientales y supervisar si se están cumpliendo las políticas climáticas.
- Competencias digitales ecológicas en agricultura. Son necesarias para la agricultura, como aplicaciones meteorológicas, agricultura de precisión y asesoramiento de especialistas agrícolas al que se puede acceder en línea o por teléfono. Reducen el riesgo de que los agricultores sufran daños climáticos y aumentan el rendimiento de sus cultivos.
- Competencias digitales ecológicas en comunicación. El uso de los medios digitales para sensibilizar sobre el medio ambiente, influir en el comportamiento y promover políticas climáticas.
- Competencias en diseño digital verde. La capacidad de crear herramientas digitales, como aplicaciones y sistemas inteligentes, que apoyen la sostenibilidad y la innovación verde.
- Competencias en tecnología móvil verde. Se trata de empleos en tecnologías móviles que promueven la eficiencia energética, reducen los residuos o apoyan la resiliencia climática.
Qué hay que hacer a continuación
Para que estas competencias sean más accesibles, los países africanos deben invertir en la ampliación de los programas de educación y formación técnica y profesional centrados en la ecología. Las vías de aprendizaje informal que utilizan las mujeres de las comunidades rurales o marginadas también deben tener acceso a la formación en competencias verdes.
Se necesitan los siguientes cambios:
- Políticas con perspectiva de género: para garantizar que las mujeres no se queden atrás en las estrategias climáticas nacionales. Muchos países africanos han adoptado políticas climáticas y planes nacionales de adaptación con perspectiva de género. Sin embargo, estas no siempre se aplican debido a la escasez de fondos, la debilidad de los marcos institucionales y la falta de coordinación.
- Inversiones en educación y formación ecológicas: se necesitan modelos de formación nuevos e inclusivos que deben combinar el acceso digital, la impartición en idiomas locales y el aprendizaje práctico y basado en la comunidad.
- Acceso a la financiación, la tecnología y los mercados: esto ayudará a las mujeres a convertir las competencias ecológicas en negocios viables y a crear puestos de trabajo.
- Alianzas entre gobiernos, sociedad civil, academia y sector privado: para garantizar una acción coordinada, el intercambio de conocimientos y el apoyo sostenido a la innovación climática liderada por mujeres. En Tanzania, por ejemplo, las alianzas han contribuido a que la igualdad de género forme parte de las estrategias climáticas nacionales.
Cuando las mujeres africanas adquieren competencias verdes, se refuerza la resiliencia de toda la comunidad frente al cambio climático. Se aceleran las formas de adaptación al cambio climático y se impulsa un crecimiento económico inclusivo.
Es fundamental involucrar a los hombres en el camino hacia la igualdad de género. El cambio de las normas sociales y la promoción de la responsabilidad compartida beneficiarán a comunidades enteras. En última instancia, la recualificación ecológica no es solo una cuestión de formación, sino de transformación.
Artículo firmado por Ogechi Adeola, Innocent Ngare y Olaniyi Evans, publicado el 30 de junio de 2025 originalmente en inglés por The Conversation y traducido al español con la colaboración de Casa África. Traducción de Ramsés Cabrera.