Ha pasado poco más de un mes del atroz atentado en el centro comercial Westgate de Nairobi (Kenia). Desde allí, el periodista español Pedro Alonso, delegado de la Agencia Efe en el país africano, responde a vuestras preguntas en este tercer encuentro digital #InAfrica:
Aitor (Bilbao): Nairobi es ciudad sede de muchas instituciones internacionales, además de corresponsalías de medios que cubren África. ¿Los atentados de Westgate ponen en peligro ese papel? ¿Alguien se está planteando una retirada de Kenia por esa falta de seguridad o creen que esto ha sido puntual? ¿Han calculado ya ahí la incidencia que tendrá esto en el número de turistas anuales o las pérdidas económicas que acarreará?
Hola Aitor. Nairobi es el centro neurálgico de la diplomacia en África Oriental y la sede regional de numerosas organizaciones e instituciones internacionales, incluido uno de los complejos de la ONU más grandes del mundo. No creo que el ataque del Westgate ponga en peligro ese «estatus» de la capital keniana. Básicamente, porque el riesgo de un ataque semejante ha estado siempre ahí, sobre todo desde que el Ejército keniano invadió Somalia en 2011 y la milicia radical islámica somalí Al Shabab, que se atribuyó el asalto al centro comercial, amenazó con atentar en Kenia. No me consta que alguna institución internacional importante se esté planteando la retirada de Kenia, un país bastante estable y relativamente seguro pese a la amenaza del terrorismo. En cuanto a las pérdidas que el ataque puede tener en la industria turística (una de las más importantes de Kenia), el Gobierno no ha divulgado datos oficiales. Sin embargo, empresas del sector han confirmado que ha habido cancelaciones. La agencia de calificación de riesgos Moody’s calcula que las pérdidas pueden oscilar entre 200 y 250 millones de dólares.
Carlota: Ha habido en medios internacionales algunos artículos cuestionando la autoría de Al Shabab y atribuyéndosela directamente a Al Qaeda. ¿Cambiaría eso las cosas? Y por otro lado, ¿el Gobierno keniano está actuando de forma transparente con lo que parece haber sido una operación completamente desastrosa para acabar con los asaltantes? ¿Creen que será útil esta comisión de investigación parlamentaria que se ha creado en Nairobi?
Hola, Carlota. Al Shabab formalizó el año pasado su adhesión a la red terrorista Al Qaeda. O sea, «tanto monta, monta tanto». El Gobierno keniano está siendo muy opaco sobre la operación para acabar con el asalto del Westgate, que, como tú apuntas, fue un desastre por una lucha de egos entre la Policía y el Ejército. Más de un mes después, quedan muchas preguntas por responder. No se sabe con certeza cuántos terroristas perpetraron el ataque, que causó al menos 72 muertos (61 civiles, seis soldados y cinco terroristas), según las cifras oficiales. El Gobierno habló en su momento de «entre 10 y 15», pero los vídeos de las cámaras de vigilancia emitidos hasta ahora sólo muestran a cuatro. Tampoco se sabe si entre los escombros hay más muertos y, por tanto, el número de víctimas mortales es mayor. La Cruz Roja habla de una treintena de desaparecidos en relación con el ataque. La comisión de investigación parlamentaria ha empezado a funcionar y le llevará tiempo emitir su informe sobre el atentado. En general, confío poco en las comisiones de investigación oficiales en Kenia.
Amit Chellaram: ¿Cómo ve el futuro del negocio/economía en Kenia, en particular del comercio, centros comerciales, etc.? ¿Hay desconfianza hacia las grandes superficies? ¿Se verá muy afectado por lo acontecido o pronto volverá a la normalidad? ¿Ha salido mucha gente del país como consecuencia del ataque?
Hola, Amit. La normalidad ha vuelto a los centros comerciales en Nairobi tras el asalto al Westgate. La vida sigue su curso, como no podía ser de otra manera. Lo contrario habría sido ceder al terrorismo. La seguridad se ha reforzado en las grandes superficies comerciales. Los controles para acceder a esos sitios son ahora más estrictos. No me consta que gente se haya marchado de Kenia como consecuencia del ataque.
José Pérez: Me gustaría hacer una segunda pregunta (varias, de hecho) sobre el atentado de Nairobi. Una es si nos podría explicar cómo lo vivieron y cubrieron. La otra es preguntar cuál es el ‘feeling’ de la gente de la calle en Kenia ante las informaciones que han ido revelando la escandalosa actuación de los militares y policías kenianos, el saqueo de los comercios durante el asedio o el hecho de que los terroristas, posiblemente, fueran solo 4 en vez de los 15 que se calculaba al principio y, además, pudieran haber salido tranquilamente por túneles del centro comercial.
La cobertura fue una experiencia tan interesante como extenuante. El ataque se cubrió sobre el terreno, a pie del centro comercial Westgate, y desde nuestra oficina en Nairobi, con cuatro periodistas, muchísimo trabajo y muy pocas horas de sueño. Fue una cobertura multimedia (texto, vídeo, audio y foto) en la que, además de nutrir nuestro servicio, tuvimos que atender a muchos clientes de Efe –radios y televisiones, especialmente– que no tenían periodistas en Kenia. En cuanto al «feeling» de la gente de la calle sobre la actuación de la Policía y el Ejército, creo que el sentimiento predominante es la indignación. Las fuerzas de seguridad, que tienen la misión de proteger a la población, aprovecharon el asedio del Westgate para saquear el centro comercial, como demuestra la divulgación de imágenes captadas por las cámara de vigilancia. Sin embargo, esa circunstancia no ha sorprendido a los kenianos, ya que la Policía es una de las instituciones más corruptas del país.
José Pérez: Me gustaría saber cuál es la estructura de Efe en África, cuánta gente tiene, cómo se reparte y cómo trabajan. Si bien cada vez hay más webs y espacios en español en los que leer informaciones positivas y no estereotipadas de África, creo que desde la agencia tendrán ya mucha experiencia en qué temas acaban saliendo en los medios y qué temas se pierden. ¿Sigue España viendo a África solo para las noticias negativas o han percibido un cambio?
Hola, José. En el norte de África, Efe cuenta con tres oficinas (Rabat, Argel y El Cairo). En África Subsahariana, mi zona de cobertura, Efe cuenta con una oficina en Nairobi –donde trabajan cuatro periodistas– y un grupo de corresponsales y colaboradores repartidos por una veintena de países. La oficina de Nairobi funciona como centro generador de información, pero también como mesa de coordinación y edición de las noticias procedentes de la región. La verdad es que las noticias negativas siguen teniendo un gran peso en la prensa española cuando se publica información sobre África, en detrimento de historias positivas que darían una mejor imagen del continente. Sin embargo, percibo un tímido cambio debido a la emergente relevancia económica de África.
Paz Mederos: Son poquísimos (creo que se pueden contar con una mano o dos como mucho) los periodistas españoles que se instalan en África para actuar como corresponsales o ser freelance. En su opinión, y con la que está cayendo, ¿es realista ahora intentar vender artículos sobre África a medios nacionales? ¿No cree que además de un panorama desolador, el interés por África en las redacciones de los medios es muy escaso?
Hola, Paz. Tienes razón: con los dedos de dos, o quizás tres manos, se podría contar el número de periodistas españoles instalados en África Subsahariana. Creo que siempre es realista intentar «vender» un buen artículo sobre África. Lo que ocurre es que la prensa española ha mostrado tradicionalmente un cierto desinterés por el África negra, región a la que –salvo la experiencia colonial en Guinea Ecuatorial– nos unen muy pocos vínculos históricos, a diferencia de países como Francia. Si hay que publicar alguna información sobre este continente, siguen predominando en la prensa nacional las noticias negativas (atentados graves, hambrunas, etc.) o las noticias con algún implicación occidental. En cualquier caso, creo que África se está poniendo de moda –por su destacado crecimiento económico, entre otros motivos– y el interés por este continente está creciendo poco a poco.
Matías: ¿Al margen del atentado de este año, cuales son las noticias que os han dado más trabajo en los últimos años? ¿Por qué la sede de Efe para África está en Kenia y no en Sudáfrica o en algún país de África Occidental como Senegal, quizás de más interés para España? ¿Cuál es la mejor noticia que has dado desde África?
Qué tal, Matías. Ha habido numerosas noticias que nos han dado mucha faena. África es un continente informativamente muy intenso. Mencionaré dos: la hambruna que azotó al Cuerno de África en 2011 y el último ingreso hospitalario de Nelson Mandela. La delegación de Efe para África Subsahariana estaba en Johannesburgo hasta 2011. Ese año se mudó a Nairobi. El cambio, entre otros motivos, se debió al menor peso informativo de Sudáfrica tras la caída del «apartheid» y a la posición estratégica de Kenia, país que alberga muchas embajadas y organizaciones internacionales y que está próximo a países de actualidad como Somalia o la República Democrática del Congo. ¿La mejor noticia que he dado desde África? En un continente prolijo en noticias negativas, destacaré una historia positiva, con final feliz: la liberación, en julio pasado, de dos cooperantes españolas de Médicos Sin Fronteras secuestradas en Kenia en 2011 y retenidas después en Somalia.
María Auxiliadora Pérez (Las Palmas de Gran Canaria): En una reciente charla a la que asistí durante el Festival del Sur, en la que participaban Aminata Traoré y Boubacar Boris Diop, destacaron que es un hecho relevante y que demuestra que algo está cambiando en África (con relación al principio del fin del sometimiento del continente a los intereses occidentales), cuando la Unión Africana ha recomendado al presidente keniata no acudir al juicio en el Tribunal Penal Internacional, restando legitimidad en cierta forma a esta corte, como organismo internacional que cuestiona sólo a los responsables de países ‘débiles’ o ‘debilitados’ y no utiliza la misma proporcionalidad en otros casos. ¿Podría comentarnos cómo se está tratando este tema en los medios keniatas y desde el Gobierno del país? ¿Qué opinión tiene usted sobre esto?
Hola, María. Gracias por tus preguntas. Conviene recordar que Kenia es un país signatario del Estatuto de Roma, por el que se crea el Tribunal Penal Internacional (TPI). El presidente de Kenia, Uhuru Keniatta, y su vicepresidente, William Ruto, están acusados de crímenes de lesa humanidad supuestamente cometidos durante la violencia postelectoral de 2007-2008. El caso fue transferido al TPI por el propio Gobierno keniano, dada la incapacidad de la Justicia de Kenia para hacerse cargo en aquel momento, pese a que el TPI era partidario de que el caso se juzgase en Kenia, que después ha intentado en numerosas ocasiones torpedear el proceso. Por tanto, me da la impresión de que la Unión Africana (UA) tiene a veces poca memoria histórica. El pasado 12 de octubre, la UA celebró una cumbre extraordinaria para abordar ese tema. Los líderes africanos apoyaron contundentemente a Kenyatta y Ruto, pero demostraron una vez más una lamentable falta de memoria histórica al no decir ni una palabra en recuerdo de los 1.300 muertos y los cientos de miles de heridos y desplazados que provocó la violencia postelectoral en Kenia. Tengo a veces la impresión de que la UA es un club elitista que sólo vela por los intereses de sus líderes, pero que está muy alejado de la calle y la realidad de los ciudadanos a los que debe defender. Como te puedes imaginar, los medios kenianos está haciendo un gran seguimiento del caso, con retransmisiones en directo de las sesiones que se celebran en el Tribunal de La Haya. La cobertura está siendo más o menos objetiva.
Oscar: ¿Cómo se vive a pie de calle en África la discusión sobre el hecho de que parece que el Tribunal Penal Internacional solo se atreve con los africanos? ¿Cree que Kenia cumplirá su amenaza de abandonar la institución?
Hola, Óscar. En África existen partidarios y detractores del Tribunal Penal Internacional (TPI). Lo que quizás mucha gente desconoce es que 34 países, de los 122 países que ratificaron el Estatuto de Roma, tratado fundacional del TPI, son africanos. Es decir, esos países han aceptado la jurisdicción del tribunal. Sí es posible que Kenia acabe abandonando el TPI. El Parlamento keniano aprobó el pasado septiembre una moción favorable a la salida del país del Estatuto de Roma. Si esa moción se tradujera finalmente en una petición formal, Kenia dejaría de ser miembro del TPI justo un año después de que la Secretaría General de la ONU recibiera formalmente la notificación de la baja.
Isabel González: ¿Qué podría contarnos sobre los autores más destacados (consagrados o emergentes) del panorama literario en Kenia. En España nos suena el nombre de Ngugi Wa Thiongo (eterno candidato al Nobel de literatura) y poco más. Me gustaría saber qué libro o autor es el más leído en el país o si tiene alguna recomendación sobre autores keniatas. Y en el ámbito musical, ¿cuáles son los sonidos que están de moda ahora en el país? ¿Cuáles son los artistas keniatas que más se escuchan? ¿Existe alguna emisora de radio especializada en música que destaque o sea la más popular para los keniatas?
Isabel, gracias por tus preguntas. Profundizar en el panorama literario en Kenia es una de mi cuentas culturales pendientes en África. No he leído aún a Ngugi Wa Thiongo, uno de los grandes de la literatura keniana, como bien apuntas. Actualmente, estoy leyendo One Day I will Write About This Place, unas entretenidas memorias del autor keniano Binyavanga Wainaina. En el terreno musical, uno de los grupos que vienen pegando fuerte en los últimos años en Kenia es Sauti Sol. La banda, que mezcla sonidos de pop con ritmos tradicionales, ha alcanzado una notable popularidad en África Oriental. El panorama radiofónico musical es muy variado en Kenia. Capital FM, Classic 105 o Kiss FM son algunas de las emisoras más escuchadas.
Esteban Mouriño: ¿Existe o conoce la política de Estado que desarrolla el Gobierno para apoyar el deporte e incentivar a los deportistas keniatas? ¿Becas escolares o universitarias, construcción de instalaciones, apoyo a clubes y federaciones de atletismo o de otros deportes?
Hola, Esteban. En general, el deporte adolece de falta de fondos en Kenia. A comienzos de año, el Parlamento keniano aprobó una ley que incluye la creación del Fondo Nacional del Deporte, una institución encargada de recaudar dinero para las diferentes disciplinas deportivas y gestionar becas y ayudas.
Morricone: Buenos días. Se ha hablado mucho del deterioro de las relaciones entre Kenia y Somalia tras la intervención de las tropas keniatas en la lucha antiterrorista en el país vecino. Pero poco desde la perspectiva de los ciudadanos somalíes a pie de calle que se han quejado de malos tratos y que no ven con buenos ojos la presencia de esos soldados en su país, por más estado fallido que sea. ¿Cuál es su percepción al respecto? Muchas gracias.
Morricone, Buenos días. Creo que la población civil sigue siendo la gran víctima en el conflicto de Somalia. Este año, algunos ataques aéreos realizados por Kenia –cuyas tropas están integradas en la Misión de la Unión Africana para Somalia, AMISOM– se cobraron vidas civiles en el sur y centro de Somalia, según ha denunciado Amnistía Internacional. Violaciones de derechos humanos han sido atribuidas a todos los principales actores del conflicto: el Ejército somalí, AMISOM y la milicia radical islámica Al Shabab.
María Guerra: Lo primero, agradecer a Casa África la oportunidad de ponernos al alcance a personas que están viviendo y trabajando en África. Mi pregunta va por China, me gustaría saber la opinión de Pedro Alonso sobre la presencia china en África, si es crítico o no con ella, porque pienso que se está valorando exclusivamente desde un cierto ‘buenismo’ occidental (el desarrollo), cuando lo real es que está para lo mismo que los chinos dicen abiertamente que quieren: sus recursos naturales a cambio de dinero, obras públicas, tecnología o lo que haga falta. Por último, ¿es cierto que están entrando también a saco en los medios de comunicación africanos?
Hola María. Gracias por tu interés. Como bien sugieres, China va de frente: quiere las materias primas de África para sostener su crecimiento económico y hará lo que sea necesario para lograr ese objetivo, como regalarle a la Unión Africana su millonaria nueva sede en Adis Abeba. Si bien es cierto que Occidente también tiene sus intereses económicos, su ayuda al desarrollo y su labor humanitaria siguen siendo fundamentales en el continente, cuestiones en las que China no tiene interés. Con todo, China –el mayor socio comercial de África– ha sabido ver el gran potencial de la economía africana, mientras que Occidente, lastrado y ocupado en salir de su crisis económica, está perdiendo ese tren. Aunque China está también invirtiendo en infraestructura, creo que las relaciones con África no son equitativas. China gana mucho, y África no tanto. Y, sí, es cierto que China está invirtiendo en los medios de comunicación de África. Hace poco, inversores chinos participaron en la compra de Independent News and Media, uno de los grupos mediáticos más importantes de Sudáfrica. Los propios medios chinos han ampliado enormemente su presencia en el continente. Por ejemplo, la agencia de noticias estatal china, Xinhua, tiene ya cerca de treinta oficinas en África. Otro ejemplo: el diario estatal chino en inglés, China Daily, sacó el pasado diciembre una edición africana que se edita en Nairobi.
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