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Semilla Negra – Programa 47: Himnos para la gran patria africana

Semilla Negra – Programa 47: Himnos para la gran patria africana
Ciudadanos de Sudán del Sur celebran la independencia del país en 2011 (Imagen: UN Photo / Paul Banks)
Ciudadanos de Sudán del Sur celebran la independencia del país en 2011 (Imagen: UN Photo / Paul Banks)
Carlos-fuentes

Carlos Fuentes

Periodista especializado en músicas de África

Patria, historia y orgullo. Son tres conceptos básicos que forman parte de todo himno estatal que se precie. Y las canciones nacionales de los 54 países que integran África no son una excepción. En sus letras reivindican el orgullo de ser africano, sus ancestros sociales y culturales, además de subrayar la necesidad del apoyo popular en la construcción de un colectivo de ciudadanos agrupados bajo una bandera. Pero más allá de denominadores comunes que son similares a los existentes en el resto de continentes, muchos de los himnos nacionales de África recuerdan también historias de superación para dejar atrás malos recuerdos de épocas coloniales, cuando no de explotación y esclavismo. Hoy en Semilla Negra, el programa musical de Casa África, vamos a realizar un recorrido por las principales canciones nacionales del continente. Desde piezas sonoras de historia ancestral hasta composiciones contemporáneas que, por un motivo u otro, se han ganado un lugar preferente en el capítulo musical de los países.

Ciudadanos de Sudán del Sur celebran la independencia del país en 2011 (Imagen: UN Photo / Paul Banks)
Ciudadanos de Sudán del Sur celebran la independencia del país en 2011 (Imagen: UN Photo / Paul Banks)

En Kenia su himno nacional fue el primero compuesto en África por un grupo específico de trabajo comisionado por el nuevo gobierno independiente. Esta comisión de 1963, liderada por el reverendo Thomas Johnson Kuto Kalume, eligió la pieza Ee mungu nguvu yetu, que en idioma suajili significa “oh, Dios, tú eres nuestra fuerza”, y tiene su origen en una canción tradicional que las madres de la etnia bantú pokomo suelen cantar para dormir a sus hijos. En sus tres párrafos principales, el himno nacional keniata habla del anhelo de paz y libertad del pueblo, así como del deseo de abundancia en su tierra de origen. Similares rasgos poéticos tiene también el himno nacional de Malí, Le Mali, en el que se adaptó la tonada de una vieja melodía originaria del siglo XIII durante el Imperio Mandinga para revindicar el derecho de autodeterminación a partir de la independencia de Francia conseguida en 1960. Desde el 9 de agosto de 1962, el nuevo estado africano tiene como himno oficial la composición escrita por el músico Banzoumana Sissoko con letra de Seydou Badian Kouyaté. En Senegal, otro país de referencia en África occidental, el himno nacional está en vigor desde la independencia lograda en 1960. Ese año, con letra del padre de la patria, el poeta Léopold Sédar Senghor, escribió la letra de Pincez tous vos koras, frappez les balafons sobre música de Herbert Pepper, que también es el autor de la melodía del himno de la República Centroafricana, La renaissance.

En Guinea-Bissau, el origen del himno nacional desde 1975 también reivindica los tiempos de lucha contra el  periodo de dominación colonial en África. Escrito por el líder independentista del país, Amílcar Cabral, sobre una música del compositor Xiao He, Esta é a nossa pátria bem amada recuerda los “siglos de dolor y esperanza” en esa tierra de “sol, verde y mar” para desear “larga vida al país” porque “somos ramas del mismo tronco, ojos de la misma luz, cantemos al mar y a la tierra, a la madrugada y el sol, que nuestra lucha fecundó”. En las islas de Cabo Verde, de donde procedía la familia de Amílcar Cabral, el himno nacional repite canción tras la independencia lograda de Portugal en 1975. En los otros dos grandes países africanos con orígenes portugueses, Mozambique y Angola, los himnos nacionales respectivos repiten el mismo esquema anterior de reivindicación del panafricanismo posterior a la independencia. Mozambique mantuvo la composición Larga vida al Frelimo (Frente para la Liberación) entre el 25 de junio de 1975 y el 30 de abril de 2002, fecha en la que adoptó como himno nacional la canción titulada Patria amada, una composición de Salomão J. Manhiça basada en una pieza tradicional. “En la memoria de África y de todo el mundo, patria bella de los que osaron luchar, Mozambique, tu nombre es la libertad, y el sol de junio siempre brillará”, dicen sus primeros cuatro versos. En Angola el himno nacional es Avante Angola, obra de Manuel Alves Monteiro con música de Alberto Vieira Dias, en vigor desde la independencia en 1975.

Letra de “Nkosi Sikelel' iAfrika”, himno nacional de cinco países africanos
Letra de “Nkosi Sikelel' iAfrika”, himno nacional de cinco países africanos

La exaltación de los valores nacionales no es una seña de identidad exclusiva de los países del África negra. También en los estados del Magreb se vindica la lucha contra el yugo colonial de siglos pretéritos. En Argelia el himno nacional es Kassaman, canción con aspectos de plegaria-juramento que fue adoptada tras la independencia en 1963 y en la que se jura “por el rayo que destruye, por los arroyos de generosa sangre derramada, por las brillantes banderas que ondean, volar con orgullo en la alta montaña que hemos levantado, y si viven o mueren, estamos resueltos a que viva Argelia”. Escrito por el seminal poeta argelino Moufdi Zakaria durante su encarcelamiento en 1955, el himno nacional cuenta con música compuesta por el artista egipcio Mohamed Fawzi Habas. En Marruecos la canción nacional estaba en las calles incluso antes de que el país fuera independiente. Compuesto en época colonial por Léo Morgan, el llamado Himno cherifiano cuenta desde 1970 con letra del escritor Ali Squalli Houssaini y arranca con una evidente reivindicación nacional: “Cuna de los libres, levante de las luces, tierra de soberanía y de paz, continúa siendo una tierra de paz”.

En la otra esquina del continente, Egipto atesora uno de los himnos nacionales africanos de mayor solera. La letra de Bilady, laki hubbi wa fu’adi, que en árabe significa “mi tierra, tú tienes todo mi amor y mi corazón”, fue escrita en 1878 por Mohamed Younis Al-Qady sobre el texto original del jurista y periodista Mustafá Kamil Pasha, aunque hubo de pasar medio siglo hasta que se añadiera música por el compositor padre de la música contemporánea egipcia Sayed Darwish. En sus primeros versos el himno nacional egipcio entronca el orgullo del país y su primera seña de identidad: “Egipto, madre de todas las tierras, mi esperanza y mi ambición, sobre todas las personas, su Nilo posee innumerables virtudes”. En Etiopía el himno nacional Wodeft gesgeshi, widd innat Ityopp’ya, que en el idioma amárico significa “adelante, querida madre Etiopía”, fue obra del escritor Dereje Melaku Mengesha sobre la música compuesta por Solomon Lulu Mitiku y está en vigor desde 1992. Y arranca así: “El respeto a la ciudadanía es fuerte en nuestra Etiopía, el orgullo nacional se ve, brillando de un lado a otro, por la paz, por la justicia y libertad de los pueblos, vamos unidos en igualdad y amor”.

En el corazón de África los himnos nacionales mantienen la pauta continental. En la República Democrática del Congo, el gran país de los grandes lagos, su canción nacional es Debout congolais, escrita por Joseph Lutumba con música de Simon-Pierre Boka di Mpasi Londi. Y se canta así en su arranque: “Arriba, congoleño, unido por el destino, unido en la lucha por la independencia, vamos a levantar nuestras cabezas que estuvieron tanto tiempo inclinadas”. Muy cerca la vecina República del Congo tiene como himno nacional La congolaise, tema escrito por Jacques Tondra y Georges Kibanghi sobre una música compuesta por Jean Royer y Joseph Spadilière. En sus primeros versos late el orgullo de nación africana: “En este día nace el sol y nuestro Congo se pone resplandeciente. Larga noche ha terminado y gran felicidad ha venido. Dejen todo, cantemos con alegría la canción de la libertad”. Y en Guinea Ecuatorial, el único país africano que mantiene el español como lengua oficial, su himno nacional lleva letra en castellano. Compuesto en 1968 por el escritor Atanasio Ndongo Miyone, Caminemos pisando las sendas de nuestra inmensa felicidad entona su primer párrafo sobre música original de Ramiro Sánchez Lopes: “Caminemos pisando la senda de nuestra inmensa felicidad, en fraternidad, sin separación. ¡Cantemos libertad! Tras dos siglos sometidos bajo la dominación colonial, en fraterna unión, sin discriminar, cantemos libertad, gritemos ¡viva, libre Guinea! Y defendamos nuestra libertad”.

Canciones de orgullo, patria, vida en libertad. Himnos africanos para África que en los últimos tiempos han alcanzado una proyección internacional con el que, sin duda, es la canción nacional más conocida del continente. Porque nombrar Nkosi Sikelel’ iAfrika, que en idioma xhosa significa “Dios bendiga a África” es nombrar la historia emocionante de Sudáfrica, el país del continente que mayor represión sufrió durante el oscuro periodo colonial. Compuesto en 1897 por el maestro metodista Enoch Sontonga, primero fue himno del Congreso Nacional Africano en 1925 y ya más tarde, a raíz de la emancipación nacional, se decidió en 1994 su utilización como himno estatal por el gobierno liderado por Nelson Mandela en sustitución de Die stem van Suid-Afrika, que estuvo en vigor entre 1957 y 1997. Pero Nkosi Sikelel’ iAfrika, que en origen está basado en la pieza Aberystwyth del músico de origen galés Joseph Parry, es un himno africano que trasciende fronteras nacionales. Interpretado también como melodía estatal en Tanzania y Zambia, fue cantado como signo de orgullo panafricano durante el periodo de dominación colonial en Namibia y en Zimbabue, aunque en la antigua Rodesia con el título Ishe Komborera Africa en las lenguas étnicas shona y ndebele. En Sudáfrica, donde ha sido cantado por artistas como Miriam Makeba, Paul Simon y Ladysmith Black Mambazo, el himno reivindica el orgullo panafricano con estrofas cantadas en cinco idiomas principales del país (xhosa, zulú, sesotho, afrikáans e inglés): “Dios bendiga a África, que alce su gloria. Escúchanos, Señor, bendícenos a nosotros, tus hijos. Señor, te rogamos que protejas a nuestra nación, intervén y haz que cesen todos los conflictos. Protégenos, protege a nuestra nación y protege a Sudáfrica. ¡Sudáfrica!”.

Carlos Fuentes (@delocotidianocf) es el autor de Semilla Negra. Periodista y crítico musical, durante las últimas dos décadas ha publicado artículos, entrevistas y reportajes sobre las músicas africanas en periódicos nacionales y en revistas especializadas como Rockdelux o Serie B.

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