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Ayoze O’Shanahan: «Me ha sorprendido que es más fácil montar una empresa en Ruanda que en España»

Ayoze O’Shanahan: «Me ha sorprendido que es más fácil montar una empresa en Ruanda que en España»
Ayoze O'Shanahan: "Me parece un ejercicio supremo el poder mirar al asesino de tu familia y perdonarlo".
Ayoze O'Shanahan: "Me parece un ejercicio supremo el poder mirar al asesino de tu familia y perdonarlo".
Ayoze O'Shanahan responderá a tus preguntas el viernes 11 de abril
Ayoze O'Shanahan es periodista y realizador audiovisual. Desde 2013 reside en Kigali, donde creó y dirige una productora audiovisual

El periodista y realizador Ayoze O’Shanahan contesta a vuestras preguntas sobre Ruanda en esta sexta edición de los encuentros digitales #InAfrica:

Sofia Nafsi: Han pasado 20 años desde el Genocidio de Ruanda, quizás será poco tiempo para ver un gran progreso de unión entre los ruandeses pero, ¿en qué se ha basado ese progreso? ¿Cómo de la «nada» se ha podido establecer la «paz» en Ruanda? ¿Qué secuelas hay todavía en el país? ¿Quedan ruandeses que se definan todavía como hutu o tutsi?
Hola, Sofía. Cuando terminó el genocidio, el país estaba completamente destruido, sin economía y sin instituciones. Desde mi punto de vista ha sido una combinación entre soluciones made in Rwanda, disciplina del cumplimiento de los objetivos y el buen manejo de la ingente cantidad de ayuda económica que Occidente ha prestado a Ruanda para su desarrollo que, por otra parte, es uno de los mejores socios a la hora de gestionar los proyectos de desarrollo en toda África, lo que hace que el dinero ofrezca resultado, que finalmente es lo que hace que el país progrese. La prosperidad y el desarrollo económico hace que la paz sea más fácil, y esta también se ha conseguido propiciando la reconciliación y juzgando a aquellos que de alguna manera participaron o colaboraron con el genocidio, y a su vez permitiéndoles regresar a sus comunidades si confesaban y sus victimas les perdonaban. La paz se ha conseguido reconstruyendo las instituciones desde cero, con apoyo internacional y con mano dura, siempre de manera muy sutil e imperceptible a ojos del extranjero. Se ha apostado por renovar la identidad de todo un país, cambiando el idioma oficial del francés al inglés, lo que le acerca a la Comunidad de Países del Este de África, eminentemente anglófonos. Se ha cambiado la bandera, los nombres de provincias y ciudades, el himno nacional. Ruanda ha sufrido una reconstrucción y renovación integrales y en sus calles conviven hoy en día lo que nadie pudo imaginar en 1994: los que cometieron crímenes con los que los sufrieron y esto, créeme, no se consigue con un lirio en la mano solamente. Ha habido grandes sacrificios en ambos lados. Los ruandeses saben diferenciar quién es hutu o quién es tutsi por el físico. Para nosotros es imposible en algunos casos distinguirlos, lo que si no encontrarás es a alguien que se defina públicamente lo uno o lo otro. Eso es tabú, te contestan: somos ruandeses.

Tomás Quintana: Leemos en los medios de comunicación que Ruanda o el gobierno ruandés tiene responsabilidades directas en el conflicto que se vive en la región de Kivu. ¿Qué opina la ciudadanía ruandesa? ¿Se habla de esto? ¿Se debate en los medios de comunicación? La periodista congoleña Caddy Adzuba nos cuenta que la población congoleña y ruandesa del norte del país vive con cordialidad y tiene una buena relación de vecindad donde la frontera es casi irrelevante. Las tensiones, comenta, vienen impuestas desde otras esferas generadas por la explotación, el control y el tráfico ilegal de los recursos minerales de la zona. ¿Tiene una opinión sobre esto?
La tragedia congoleña de hoy en día hunde sus raíces en el genocidio ruandés y también en la guerra civil en Burundi y las tensiones políticas en Uganda. Ambas etnias comparten el territorio en el que conviven. El genocidio ruandés provocó desplazamientos de millones de personas que se repitieron en el Congo y en Burundi y que generaron nuevas tensiones y grupos armados que descienden de la misma tensión étnica y que son apoyados por los mismos que las generaron. La ciudadanía ruandesa en público está de acuerdo con la política de Estado, y muchos lo están, teniendo en cuenta que los que están al otro lado del Congo son parte de las tropas genocidas que huyeron en 1994, pero reconocen que se ha librado una guerra encubierta en la que los bandos tenían sus propios apoyos. No hay mucho debate sobre esto y los medios responden a las acusaciones de los países occidentales sobre la implicación de Ruanda en este conflicto y sus lazos con el Movimiento M-23, recientemente derrotado por la Fuerza de Intervención de la ONU en enero. Lo que está claro es que en este río revuelto los que han salido ganando son los importadores de minerales que han dispuesto de ingentes cantidades a un precio muy económico para proporcionarnos la oportunidad de estar al día de la última tecnología a un precio asequible. Algunos de los principales culpables de alimentar estas tensiones son países con fuertes intereses económicos en este ámbito y se sientan, tal vez, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. En cuanto a lo que dice Caddy Adzuba, en la frontera entre Gisenyi a Goma o de Kamembe a  Bukawu, lo que hay es una gran actividad comercial y las relaciones, fronteras para dentro, son cordiales, aunque si es cierto que en Goma se percibe un odio creciente hacia los ruandeses y que no es un lugar como para pasear plácidamente si eres un tutsi ruandés.

La educación primaria en Ruanda es gratuita (Imagen: Ayoze O'Shanahan)
La educación primaria en Ruanda es gratuita (Imagen: Ayoze O'Shanahan)

 

Carolina Espinosa: ¿Sigue habiendo intimidaciones? Pese a los esfuerzos de reconciliación, ¿continúan las tensiones étnicas? ¿Es verdad que el gobierno de Kagame prohíbe la identidad étnica para ocultar que los tutsis acaparan los negocios y los mejores puestos de la administración?
Hola, Carolina. Como decía la canción, 20 años no es nada. Los recuerdos de las atrocidades están bien frescos en la memoria. Es cierto que la mitad de la población ruandesa nació después de 1994, pero todos los jóvenes son conscientes de lo que sucedió o lo serán muy pronto por boca de sus padres, de sus parientes, de los que lo vieron con sus propìos ojos. Cuando tratas de que convivan pacíficamente víctimas y criminales convictos siempre hay tensiones de algún y otro lado. Lo que se está haciendo aquí no tiene precedentes. Después de vivir aquí un año pienso que no tienen muchas alternativas. La reconciliación es el único camino a seguir si quieren tener un futuro. Lo demás sería volver al pasado y esperemos que las heridas terminen por cicatrizar con la prosperidad económica  que se está viviendo. El presente es brillante, pero el futuro sigue lleno de sombras que en algún momento habrá que encarar.

Si tenemos en cuenta que una de las principales causas del genocidio ruandés fue la identidad étnica y su señalamiento en los carnés de identidad, lo que facilitó la masacre, creo que lo más inteligente y lo más adecuado, como ocurre en nuestros países, es borrar cualquier atisbo de segregación en la identidad de una nación. En España no sale en el carné de identidad la religión, ni tu raza u origen, así que no creo que eso sea así. Es una cuestión de supervivencia y de tratar de construir una nueva identidad. Pensar que Kagame lo usa de excusa para ocultar algo que en Ruanda es imposible de obviar (quién es quién), es poner picas donde hay bastos.

Lola: Veinte años después, me da la impresión de que seguimos sin saber realmente lo que pasó. Sigo escuchando ‘genocidio’ o ‘limpieza étnica’ de hutus a tutsis, pero también he leído textos en los que esto no está tan claro. Como siempre, nos llega la información sesgada. Como periodista, ¿crees que fue una limpieza étnica o una guerra civil producida a raíz del levantamiento hutu harto de ser pisoteado por la élite tutsi? Estos gozaban del apoyo francés que se les negaba a aquellos y en las horribles fotos que circularon no creo que nadie fuese capaz de distinguirlos.
Hola, Lola. A veces resulta bastante confuso y complejo de entender, incluso viviendo aquí, pero queda claro que lo que sucedió fue un genocidio: un propósito de exterminar a todos los miembros de una etnia minoritaria, y en aquellos momentos discriminada y marginalizada, por parte de un sector radical supremacista hutu, que cabalgó hacia el control político deshaciéndose de los hutus moderados y alentando el odio hacia los tutsis, alentados al mismo tiempo por una guerra en la que se enfrentaba el Gobierno ruandés con la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés de Paul Kagame. El derribo del avión del presidente Habariyamana fue usado como excusa por ese sector radical, para asesinar a la primera ministra al día siguiente y para tomar el control político de un Gobierno provisional que puso al Estado al servicio de los carniceros.

Ayoze O'Shanahan: "Me parece un ejercicio supremo el poder mirar al asesino de tu familia y perdonarlo".

Milagrosa: Kagame me parece un personaje controvertido. Según unos, entró a sangre y fuego en el país para acabar con el genocidio y empezó una nueva limpieza étnica. Según otros, fue capaz de controlar a sus tropas cuando veían a sus gente muerta y sus casas arrasadas y ha sido implacable pero justo. A veces Ruanda me recuerda a Israel y Kagame a Sharon, por ejemplo ¿Qué te parece a ti?
Hola, Milagrosa. Las comparaciones son odiosas. Lo que te garantizo es que no entró con un lirio dada la situación. Había una guerra desde 1990. En 1993 se firmó el cese de hostilidades con auspicio de la ONU en Arusha (Tanzania). Allí se firmó poner fin a las hostilidadesy formar un gobierno de coalición nacional compuesto por el partido de Habayiramana y el RPF de Kagame. Este acuerdo cedía a varias de las peticiones del RPF como el retorno de los refugiados y la igualdad de derechos y oportunidades para la minoría tutsi. Después de firmar ese acuerdo, Habayiramana es asesinado y los hutus extremistas acusan al RPF de Kagame de haber realizado el atentado, desencadenándose el genocidio y alentando a las tropas del RPF a avanzar hacia Kigali. Los radicales hutus, con el gobierno sustituto resultante, facilitaron el asesinato de casi un millón de personas inocentes, desarmadas, mujeres, niños y ancianos cuyo único delito era pertenecer a la etnia tutsi y, por si había dudas, había un carné de identidad que te lo aclaraba. Supongo que ante tal panorama y viendo cómo se vive y se convive en Ruanda hoy en día, el cambio no ha sido nada malo. Paul Kagame es uno de los líderes africanos más carismáticos, astutos, controvertidos y pienso que más comprometido con el desarrollo de su país. Los datos del avance de este país bajo su gobierno en todos los niveles y clasificaciones mundiales de desarrollo desde hace 10 años son notables y con ello creo que se ha ganado un voto de confianza entre las luces y las sombras. Hoy en día es muy difícil imaginar este país sin la figura de su presidente. Él sabe que eso es un riesgo, por eso creo que trata de dar pie a una sociedad próspera que pueda convivir unida sin su presencia. De otra forma, los peligros arreciarán y todos los logros podrían ser en vano. Por ahora el viento sopla a favor y su desempeño interno no admite muchas dudas en estos momentos.

Tobías Martín: Se está hablando mucho ahora del papel de Francia y Bélgica, pero sobre todo de Francia en el genocidio ruandés. ¿Cuál es la percepción general ruandesa de Francia y de la francofonía? ¿Cómo se nos ve a los españoles?
Los ruandeses saben diferenciar bien a un francés de su Gobierno, y la relación es muy cordial, otra cosa son las cosas de palacio y ahí hay una evidente tensión puesto que el Gobierno de Francia nunca ha pedido perdón públicamente por su colaboración necesaria en la preparación y entrenamiento de los grupos paramilitares que fueron la punta de lanza del genocidio, así como la posterior misión humanitaria que encabezaron y que sirvió para que los principales ejecutores de las masacres pudieran huir a los países fronterizos entre otras linduras. Aún hoy en día varios personajes de gran importancia implicados en el genocidio no han sido detenidos ni juzgados por Francia, pese a que residen en su país. Francia no ha asumido su parte de responsabilidad, como si lo ha hecho las Naciones Unidas, Estados Unidos o Bélgica sin ir más lejos y eso descoloca y los hace parecer aún más sospechosos.

María Luisa Álvarez: Me interesaria saber tu opinión respecto a cómo crees que se ha manejado el odio, la rabia, la impotencia… Da la impresión por lo que acabo de leer que se ha puesto mayor énfasis y esfuerzo en la reconstrucción y “curación” de las heridas. ¿Es así? ¿Qué pasa ahí con la memoria historica?
Gracias, Maria Luisa,.Pues la reconciliación ha supuesto una auténtica catarsis emocional nacional en la que todos han debido de hacer sacrificios pero sobre todo, las víctimas, que tampoco han tenido muchas alternativas a la resignación y al pragmatismo “africano”. Los ruandeses culturalmente no tienden a expresar sus emociones en público, son bastante comedidos y reservados, y a veces es muy complicado saber lo que piensan o sienten. Después de veinte años, la mayoría de los que empuñaron lo que tuviesen a mano para acabar con la vida de sus vecinos y saquear sus casas y pertenencias han vuelto a los vecindarios donde causaron tanto dolor después de cumplir sus penas de cárcel y recibir el perdón de las victimas a cambio de su confesión y arrepentimiento. Ellos al menos conservan a gran parte de sus familiares y amigos, mientras que las víctimas, por lo general, han quedado sin esa protección familiar, están más solas y la vida es más difícil, teniendo en cuenta además traumas y secuelas que les dejó aquella época. Me parece un ejercicio supremo el poder mirar al asesino de tu familia y perdonarlo y no sólo eso, sino encontrártelo haciendo la compra, en el bar tomando cerveza, de camino al trabajo. Por eso, precisamente, la reconciliación nacional ha funcionado, la víctimas son las que han cedido para crear un futuro con más esperanza que el pasado. La venganza, dicen muchos, los hubiera puesto al nivel de los asesinos. La recuperación de la memoria y la honra a las víctimas del genocidio es una política de estado que no tiene parangón en este continente y como experimento social que es y del cual hay que aprender mucho, no está exenta de riesgos porque genera tensiones. La economía del país, el desarrollo de su democracia y los dirigentes del futuro serán los que entierren el hacha de guerra cuyos ecos aún retumban en la memoria de los ruandeses.

Juani Martin: Sabemos de las políticas de Kagame para favorecer el empoderamiento y la participación de la mujer en la vida pública, por ejemplo. En cuanto a educación y sanidad ¿sus políticas son también destacables? Me gustaría también saber algo del día a día en la capital. ¿Funcionan bien los servicios, las comunicaciones, hay espacios de ocio curiosos para la gente joven?
Buenas, Juani. El índice de escolarización en primaria es alto. Es notable el esfuerzo que se hace en enseñarles inglés. El reto ahora está en ampliar el acceso a la educación secundaria, que es muy baja, y a la formación profesional. El país vive un boom económico y no tiene mano de obra cualificada para cubrir la demanda de esos empleos. En cuanto a sanidad, se ha creado una especie de seguridad social de la que se beneficia gran parte de la población. Sin embargo, el acceso y el precio de algunos medicamentos y tratamientos  para dolencias crónicas son  obstáculos para esa parte de la población que vive con menos de un dólar al día y que supone casi el 50% . La escasez de profesionales sanitarios  cualificados en diversos ámbitos es también un problema al que se enfrenta el Gobierno no sólo de Ruanda sino de muchos países africanos.

En Ruanda la gente se despierta con el canto del gallo y se van a la cama temprano, los servicios de transporte no son precisamente los más eficientes, y se está implantando por vez primera un sistema público que ordene el caos de compañías que ofertan estos transportes. Yo me muevo siempre en moto-taxi, que es muy rápido y barato. Las comunciaciones a través del móvil son fáciles y también el acceso y cobertura de Internet, que es relativamente rápido comparado con los países del entorno. Kigali no destaca por tener una oferta de ocio o cultural grande, en eso estamos como en la España de los 50: todo esta desarrollándose y en los últimos meses han abierto numerosos restaurantes y clubs nuevos, sólo hay un cine en la capital, varios cineclubs, no hay teatro pero si shows y representaciones, hay una catividad musical creciente y el gran evento de la semana se produce en el Rosty Club o el Heaven con la participación de bandas de músicos que cantan versiones de canciones conocidas e internacionales con una gran calidad. A los ruandeses les encanta una jarana y un baile más que a nadie.

Ayoze O'Shanahan: "Ruanda es probablemente el país más seguro de África. Me atrevería a decir que más incluso que España"

Germán: Soy guionista y trabajo en la industria audiovisual. ¿Hay oportunidades de trabajo allí en este sector? ¿Cómo empezaste? Últimamente estoy pensando mucho en ir a África a trabajar y Ruanda se me pasó por la cabeza, pero no sé por dónde empezar.
Hola, Germán. Yo nunca hubiera pensado que este sería un buen lugar para montar una productora hasta que lo conocí y lo viví. En Ruanda en estos momentos estamos como en la España de los 90. Acaban de abrir dos canales de televisión privados por primera vez y una Escuela de Cine en la que la Agencia de Cooperación Alemana ha gastado un millón de euros en equiparla. Lo que está claro es que la cosa se mueve y hay oportunidades, pero hay que currárselo mucho: aún no hay una industria y sólo el 20% del país tiene acceso a la televisión, pero está aumentando vertiginosamente. Este es un país bien comunicado, es fácil de viajar a Uganda, Tanzania, Congo o Burundi. Hay que saber inglés o francés, además de estar dispuesto a vivir donde cristo perdió la sandalia.

Patricia Cabrera: Si quisiera irme a Ruanda a trabajar allí por un tiempo, ¿qué sectores tienen mayor demanda? Creo que usted tiene una empresa ahí. Si me animara a montar una pequeña empresa, ¿la cuestión burocrática es complicada o a usted le resultó fácil?
Los mejores sectores para invertir en Ruanda son: el de la producción o procesado de alimentos;  la restauración, los servicios turísticos y el alojamiento, como hoteles u hostales; los servicios sanitarios y veterinarios, y otros como la construcción, la automoción, el financiero y el de seguros y telecomunicaciones. Abrir una empresa aquí es muy fácil. En 24 horas la puedes constituir y los pagos de impuestos en el primer año de actividad son relativamente bajos: el 3% del total facturado, el 30% de los beneficios a final de año y un IVA del 18% cuando pasas de los 20.000 dólares de facturación. Me ha sorprendido que es más fácil hacerlo aquí que en España.

Anabel García: Tengo mucho interés en conocer ese país y me estoy planteando hacer un voluntariado. En este sentido, ¿qué opciones me recomendaría en general? Dado que soy veterinaria, le agradecería que me hablara de los parques nacionales y de si, por ejemplo, el de Akagera está abierto a colaboraciones con voluntarios extranjeros.
Te recomiendo que lo hagas, Anabel. Vivir en Ruanda es una experiencia extraordinaria y más siendo veterinaria. Te garantizo que puedes conseguir fácilmente un lugar donde ejercerlo, en Akagera habría que estudiarlo bien, pero creo que sería posible si lo organizas con tiempo. Eso sí, el idioma inglés es fundamental para poder realizar el voluntariado en condiciones. Sin duda, veterinarios hacen falta casi tanto como doctores.

Ángel Tomelloso: Estos días se habla mucho de la seguridad que hay en Ruanda, que es mucha. ¿Usted recomendaría hacer turismo en Ruanda? La pregunta puede parecer frívola, pero ya he conocido parte de los países del entorno y me gustaría ver éste. Qué puede aportarme de nuevo este país? ¿Y qué ruta o qué me recomendaría hacer si viajo a Ruanda?
Hola, Ángel. Pues te lo recomiendo absolutamente. Ruanda es probablemente el país más seguro de África, más seguro que España me atrevería a decir. Todo está extremadamente limpio. Kigali es una ciudad ordenada y en pleno desarrollo económico. La higiene es bastante alta, la malaria no es una amenaza por su altura y tiene un clima calido por el día y fresco por la noche. Muy agradable. Pero los mayores atractivos turísticos son sus paisajes, su gente amable y de buen trato, la naturaleza, las orillas del lago Kivu, Kibuye o Gisenyi, navegar por sus islas y tomar el sol en sus playas. Los parques nacionales son sin duda de obligada y asequible visita, entre los que destaca el de Akagera donde puedes ver desde zebras a elefantes, pasando por jirafas, búfalos, cocodrilos y demás por un precio de 80 euros y yendo tú mismo en tu coche, sin atascos de turistas. Es uno de los secretos mejor guardados en el mundo de los safaris, también están los famosos gorilas de montaña en el parque nacional de los volcanes o Virunga, o el Nyague Forrest, donde puedes encontrar el naciente del afluente más lejano del Nilo y a su lado el del Rio Congo. Hay trece especies de primates y una variedad de aves que lo convierten en uno de los principales puntos de observación en el mundo. Y lo mejor: está bien comunicado, tiene carreteras asfaltadas que te llevarán a los principales destinos, con poco tráfico y relativamente seguras. El país no es muy grande por lo que en una semana bien aprovechada, puedes llegar a recorrértelo de arriba abajo.

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