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África a diferentes velocidades

África a diferentes velocidades
Mauricio es el país con mejor puntuación en el Índice de Gobernanza Africana Mo ibrahim (Imagen: John O'Nolan)
Mauricio es el país con mejor puntuación en el Índice de Gobernanza Africana Mo ibrahim (Imagen: John O'Nolan)
Antoni Castel Tremosa

Antoni Castel

Doctor en Ciencias de la Comunicación, miembro de GESA
Mauricio es el país con mejor puntuación en el Índice de Gobernanza Africana Mo ibrahim (Imagen: John O'Nolan)
Mauricio es el país con mejor puntuación en el Índice de Gobernanza Africana Mo ibrahim (Imagen: John O'Nolan)

Por Antoni Castel. Poco a poco, el Índice de Gobernanza Africana Mo Ibrahim, que lleva el nombre del empresario de origen sudanés que lo promueve desde el año 2007, ha ido ganando credibilidad, y se ha granjeado el respeto tanto del mundo académico como de las organizaciones de desarrollo por su metodología, rigor e independencia. El Índice 2017, presentado a finales del año pasado, nos permite ver la radiografía de un continente diverso geográfica y culturalmente, con 54 países que caminan a diferentes velocidades en la manera de gestionar los asuntos que les atañen.

La gobernanza es un valor en alza en África. De un año para otro, han mejorado cuarenta países, entre los que sobresalen Kenia, Marruecos, Costa de Marfil y Namibia. Es cierto que algunos retroceden, como es el caso de Mali, Libia y Madagascar. En la clasificación destacan tres estados insulares entre los cuatro primeros: Mauricio, Seychelles y Cabo Verde. En el tercer lugar, Botsuana, y en el quinto, Namibia. En la cola, dos estados en guerra, Somalia y Sudán del Sur. Un puesto por delante, Eritrea, al que supera la República Democrática del Congo.

Por categorías, los progresos son notables en Participación y Derechos humanos, con siete países que consiguen más de 70 puntos sobre 100. Al frente, Cabo Verde (78), seguido de Mauricio (77,5), Namibia (75,5) y Suráfrica (74,7). Los peores: Somalia (14,6), Eritrea (17,9), Sudán del Sur (20,7) y Guinea Ecuatorial (22,8).  Si medimos los últimos 10 años, Túnez mejora en 28 puntos y Costa de Marfil en 13.

En la categoría de Seguridad y Estado de Derecho han avanzado Senegal, Ruanda, Liberia, Comoros, Marruecos, Túnez, entre otros, mientras que han empeorado Burundi, la República Centroafricana, Mozambique, Libia y Camerún.

En la categoría de Oportunidades Económicas Duraderas, se han experimentado pocos progresos, con un deterioro de la agricultura. No obstante, en los últimos diez años se han registrado avances significativos de Ruanda, Marruecos y Costa de Marfil. Por el contrario, Argelia, Madagascar y Suráfrica pierden puntos.

En Desarrollo Humano, también estancamiento, debido a la falta de inversiones en educación y en sanidad. Sin embargo, algunos países mejoran de forma espectacular, como Ruanda, Etiopía y Togo. En una categoría encabezada por Mauricio y Seychelles, Ruanda se coloca quinto. En la cola, nuevamente Somalia, acompañado de Sudán del Sur y República Centroafricana. Otro país en guerra, Libia, registra la mayor caída en los últimos diez años.

Un repaso a los datos del Índice de Gobernanza Africana Mo Ibrahim da pie a numerosas conclusiones. La primera, que los recursos naturales no garantizan prosperidad, sino lo contrario, como lo corrobora el propio Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas. La «maldición de los recursos naturales» no es un invento de los académicos, es una realidad que en África se manifiesta con crudeza en Nigeria, que ocupa el lugar 35 de los 54 del Índice Mo Ibrahim, situado por detrás de Suazilandia. Angola, peor, en el 45, y Guinea Ecuatorial, en el 46. Un país que rebosa minerales, la República Democrática del Congo, está todavía más atrás, en el puesto 48. Por el contrario, tres de los cuatro primeros lugares lo ocupan estados sin recursos naturales: Mauricio, Seychelles y Cabo Verde. En este texto breve, una segunda conclusión: a más participación, más bienestar. A pesar de sus carencias, que las tienen, los cinco primeros países garantizan la expresión de la pluralidad y la transparencia en la toma de decisiones.

Antoni Castel es investigador, africanista y doctor en Ciencias de la Comunicación. Actualmente es profesor en el departamento de Medios, Comunicación y Cultura de la Universitat Autònoma de Barcelona.

La publicación de este artículo se enmarca en el Proyecto CONFIAFRICA, que forma parte del Programa INTERREG MAC 2014-2020 y es cofinanciado por el Fondo de Desarrollo Regional FEDER.

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