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ACP-UE: el «statu quo» no es opción para África y Europa

ACP-UE: el «statu quo» no es opción para África y Europa
El Acuerdo de Cotonú se centra en la integración progresiva de la zona ACP en la economía mundial, respetando los objetivos del desarrollo sostenible (Imagen: © Unión Europea 2012 - Parlamento Europeo)
El Acuerdo de Cotonú se centra en la integración progresiva de la zona ACP en la economía mundial, respetando los objetivos del desarrollo sostenible (Imagen: © Unión Europea 2012 - Parlamento Europeo)
El Acuerdo de Cotonú se centra en la integración progresiva de la zona ACP en la economía mundial, respetando los objetivos del desarrollo sostenible (Imagen: © Unión Europea 2012 - Parlamento Europeo)
El Acuerdo de Cotonú se centra en la integración progresiva de la zona ACP en la economía mundial, respetando los objetivos del desarrollo sostenible (Imagen: © Unión Europea 2012 - Parlamento Europeo)

Europa y África tienen una larga historia común de cooperación para el desarrollo económico, social y medioambiental que se remonta a la Convención de Lomé de 1975. Desde el año 2000, el Acuerdo de Cotonú es la base de la asociación de los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE) y los 79 países que conforman los Estados de África, del Caribe y del Pacífico (ACP, según sus siglas en inglés).

Su presupuesto, obtenido a través del Fondo Europeo de Desarrollo, es de 30.500 millones de euros y se trata del mayor presupuesto europeo para la cooperación al desarrollo que suponga un provisión de fondos predecible y a largo plazo para la ACP, especialmente para los países de África subsahariana.

El acuerdo suele considerarse un modelo integral de cooperación entre el «norte global» y el «sur global», ya que se basa en un acuerdo legalmente vinculante con tres pilares principales: cooperación al desarrollo, comercio y diálogo político. Sin embargo, su validez termina en 2020 y urge sostener en África un debate de calado sobre la forma y el formato de la cooperación entre la UE y la zona ACP en diversos y apremiantes retos globales.

Cada vez se cuestiona más si el grupo ACP, una entidad poscolonial que solo incluye a los países subsaharianos y deja fuera al norte de África, sigue siendo relevante en un contexto de cambios rápidos y drásticos en África, Europa y el resto del mundo.

África cambiante
En África se está incrementando la brecha entre los países más ricos con ingresos moderados y los países frágiles que tienen que hacer frente a problemas endémicos de pobreza, gobernanza débil y conflictos. En los últimos 15 años, ha aumentado la influencia de la Unión Africa (UA) y las comunidades económicas regionales en la política y la economía, y también en la gestión de los nuevos retos globales, como el cambio climático, la lucha antiterrorista y las migraciones. Se plantea, pues, la pregunta de si se está dando una duplicidad de esfuerzos entre los mandatos de la Unión Africana y el grupo ACP.

Además, con el paso del tiempo, las tres regiones que integran la zona ACP se han hecho mucho más heterogéneas. La A, la C y la P han avanzado en direcciones muy distintas en cuanto a desarrollo económico, integración en el mercado global y gestión de los retos del futuro, como el cambio climático.

Infografía sobre el futuro de las relaciones ACP-UE
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Ambiciones loables, pero poco conseguidas
La Unión Africana, la Friedrich-Ebert-Stiftung y el Centro Europeo de Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM, según sus siglas en inglés), organizaron recientemente una conferencia especial para abrir este debate en África. Además, se hizo entrega hace poco en la UA de un informe de la Unión Africana sobre ese debate que detalla algunos de los retos y oportunidades que el futuro plantea.

El apasionado debate que tuvo lugar dejó claro que existe un contraste entre quienes quieren continuar, tras 2020, con la cooperación entre el grupo ACP y la UE tal y como se desarrolla ahora y quienes abiertamente dudan de que el marco de Cotonú siga siendo adecuado a su propósito. Muchos de los participantes manifestaron que los cambios geopolíticos han erosionado progresivamente los cimientos de la asociación ACP-UE y el poder de negociación tanto de la UE como del grupo ACP. Esto está en sintonía con un reciente informe del ECDPM que concluye que el Acuerdo de Cotonú tiene un historial limitado de cumplimiento de sus principales objetivos y el marco no es apropiado para alcanzar las metas de los recientemente acordados Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Pocas veces se han materializado coaliciones políticas entre el grupo ACP y la UE en foros multilaterales. Y esto se debe en buena medida a la falta de tracción política causada por los intereses divergentes de los Estados miembros y a que el grupo ACP no incluya a toda África.

El desarrollo es geopolítico
En la práctica, el Acuerdo de Cotonú se ha visto reducido a un mecanismo de entrega de ayuda con escaso valor político. Las recientes negociaciones de los Acuerdos de Partenariado Económico (APE) han visto cómo el «pilar» del comercio se desplazaba del grupo ACP a las comunidades económicas regionales a medida que África se ha ido imponiendo como una meta propia la creación de un Área de Libre Comercio basada en los Acuerdos de Libre Comercio regionales.

La Cumbre de La Valeta de 2015 entre Europa y África sobre migración demostró cómo la Unión Africana goza de mayor tracción y legitimidad políticas que el grupo ACP, postulándose como un órgano continental mejor estructurado a la hora de negociar con la UE. Es esencial que la UA asuma un papel proactivo y que propicie un debate honesto en todos los rincones de África sobre el futuro de sus alianzas.

El reto para todas las partes será designar formas alternativas de cooperación internacional para los retos del futuro capaces de ofrecer mejores resultados para todos los Estados y ciudadanos de África, el Caribe, el Pacífico y Europa. Pero estos nuevos marcos solo podrán alcanzar objetivos ambiciosos con un importante poder político que los respalde.

Rhys Williams trabaja como técnico de Comunicación en ECDPM, un centro de reflexión y trabajo en torno al desarrollo global con sedes en Maastricht y Bruselas.

[box]ECDPM ECDPM es uno de los centros de pensamiento que participaron en el I Encuentro de Think Tanks África – España. Este artículo hace referencia al dosier El futuro de la relación entre la UE y el grupo ACP, y ha sido traducido al español por Casa África con el objetivo de difundir el conocimiento generado por los centros que asistieron al encuentro.[/box]

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