Referéndum en Guinea: entre la transición y la controversia

Bandera de Guinea. Imagen: © Jorono en Pixabay

El 21 de septiembre, los guineanos estuvieron llamados a votar en el esperado referéndum constitucional, hasta 6,7 millones de personas están registrados. La aprobación de una nueva carta magna es uno de los pasos estipulados en el calendario de transición del país que desembocará en la celebración de elecciones.

En septiembre del año 2021 tenía lugar un golpe de Estado en Guinea en el que los militares derrocaron al presidente Alpha Condé. El presidente llevaba en el poder desde 2010 y en los últimos años su gobierno se había caracterizado por la represión, la subida del precio de los bienes y los recortes, lo que despertó malestar entre la sociedad y las élites militares. El golpe de Estado derivó en un gobierno de transición en el que el general Mamady Doumbouya se posicionó como presidente. Este no es el primer golpe de Estado que tiene lugar en el país, ya que ha sido una constante desde su independencia en el que ha habido tres derrocamientos exitosos junto con otros tres intentos fallidos.

El golpe se dio al mismo tiempo que ocurrían los de Mali, Níger y Burkina Faso, pero ha pasado más desapercibido ya que la junta militar guineana no ha tenido un cambio tan grande en su política exterior como tuvieron sus vecinos sahelianos. Esto no significa que el proceso de transición no haya estado cargado de tensiones ni que Doumbouya no haya gobernado Guinea con mano de hierro. El calendario de transición pactado con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental sufre retrasos porque el gobierno de Doumbouya prometió entregar el poder a los civiles el 31 de diciembre de 2024, cosa que no ocurrió. Las manifestaciones están prohibidas desde el año 2022 y estas han sido reprimidas violentamente. La libertad de expresión en el país ha sufrido graves recortes, ya que diversas emisoras de radio y canales vieron revocadas sus licencias por el Ministerio de Información y Comunicación “por incumplir las especificaciones sobre contenidos”. Las ONG también han visto limitada su capacidad de actuación, dado que en septiembre el Ministerio de Administración Territorial y Descentralización ha suspendido la renovación de la licencia de este tipo de organizaciones a la espera de una revisión de sus actividades, una actuación que ha sido denunciada por Amnistía Internacional.

A su vez, Human Rights Watch ha emitido numerosas acusaciones contra el gobierno de transición por desapariciones forzadas de opositores. El gobierno ha negado cualquier papel en las desapariciones, pero ha prometido investigarlo, algo que no contenta a la oposición ni a las organizaciones de derechos humanos.

En este contexto de represión y tensiones políticas, el gobierno impulsó un nuevo texto constitucional que ha sido duramente criticado. La nueva Constitución introduce importantes reformas dentro del sistema político guineano. La más llamativa ha sido la apertura legal de la posibilidad de que Doumbouya se presente a las elecciones. Aunque hasta el momento no ha hecho declaraciones explícitas sobre sus intenciones, el simple hecho de que esta posibilidad haya sido incorporada en la nueva constitución ofrece una clara señal de los planes a futuro del presidente. Esta estrategia de que el líder de la transición se presente a las elecciones y las gane no es la primera vez que la vemos en estos últimos años.

En Chad, Mahamat Idriss Déby pasó de ser el presidente de transición al presidente elegido democráticamente. A nivel práctico no hay apenas cambios, pero reviste a la persona y al gobierno de una legitimidad que le permite establecer lazos internacionales con actores que de otra manera se mostrarían reticentes, como la Unión Europea. Guinea es un país de gran importancia estratégica para los socios internacionales, ya que posee minerales de gran valor. Uno de los ejemplos más claros es la bauxita, que se utiliza en la fabricación de aluminio, mineral del que el país posee en torno al 20 % de las reservas conocidas. Existen grandes proyectos en la región de Boké, liderados por países como China, Rusia y Emiratos Árabes Unidos. Al mismo tiempo, posee otros minerales como hierro de alta calidad, oro, diamantes y uranio que son de gran interés para las potencias industriales mundiales.

En segundo lugar, el poder ejecutivo acrecienta su poder, los mandatos presidenciales pasan de durar cinco años a siete. Al mismo tiempo, el gobierno elegirá a una parte de los parlamentarios, lo que debilita el carácter representativo del parlamento.

Las nuevas disposiciones de la constitución suponen un duro golpe para la oposición, que ya se ha enfrentado a una compleja situación durante estos años. En primer lugar, los candidatos presidenciales deberán formar parte de un partido político legal. Las suspensiones e ilegalizaciones de formaciones opositoras han sido una constante durante los años de transición y en agosto de este año se suspendieron a los tres principales partidos opositores, entre ellos el del expresidente Alpha Condé. A su vez se establecen requisitos para el propio candidato, como un rango específico de edad de entre 40 y 80 años y que tiene que residir permanentemente en Guinea, lo que significa que la oposición en el exilio no puede presentarse a los comicios. Con la oposición con serias dificultades para concurrir en las elecciones, la competencia real se ve mermada.

Los resultados del referéndum no se hicieron esperar: apenas tres días después de la votación, la Dirección General de Elecciones anunció la victoria del “sí” con un abrumador 90,6 % de los votos. La participación, según cifras oficiales difundidas por el propio director de la institución, se situó en torno al 91 %. La fecha de los comicios ha sido fijada para el próximo 28 de diciembre.

La aprobación del texto constitucional abre la puerta a un nuevo escenario político en el que los militares, tras años en el poder, podrán presentarse a las elecciones. Para la oposición, esto supone un aumento de las dificultades tanto para alcanzar la victoria como para lograr un verdadero cambio de régimen político. El futuro dependerá en gran medida de si Doumbouya opta por consolidar su poder a través de las urnas o si se dará una transición de poder a los partidos civiles.

Artículo de Andrea Chamorro González.

Imagen del artículo: © Imagen de Jorono en Pixabay.

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