El primer papa del Sur Global

El primer papa del Sur Global
Director General

José Segura Clavell

Director general

La sensibilidad de Francisco con África y su preocupación por temas como el cambio climático o las migraciones dejan un legado que el continente no solo no olvidará jamás, sino que explica el auge del cristianismo en todo el continente.

Falleció Francisco Bergoglio, el papa Francisco, el primer papa sudamericano y del llamado Sur Global, un argentino que dejará una huella profunda por su extrema sensibilidad hacia los pobres y marginados. Es más que significativo que en un momento en que el mundo convulsiona paso a paso hacia posiciones de extrema derecha muy marcadas por el ultraliberalismo, la pérdida de este sumo pontífice se perciba como una pequeña derrota más, ya que de alguna manera constituía una especie de ancla moral en favor de los desfavorecidos del mundo. Porque el principal objetivo de este papa fue servir a los que el poeta Eduardo Galeano llamaba los nadies (los pobres y marginados) en un famoso poema. Y este fue un principio rector que definió todo su papado.

El papa Francisco introdujo varios cambios de relevancia dentro de los poderes de la Iglesia católica durante su liderazgo. Trabajó en reformar el Vaticano y su burocracia en respuesta a crisis relacionadas con la corrupción (como los delitos fiscales que condujeron a una condena de cinco años de prisión a un cardenal) y el abuso clerical a menores (el mayor escándalo de la iglesia en muchos decenios), implementando procesos para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas.

Bajo su pontificado, se observó un incremento de la presencia de la iglesia africana y de otras regiones fuera de Europa (la llamada zona Asia-Pacífico, por ejemplo) en el Colegio de Cardenales. Sus nombramientos reflejaron la creciente importancia de África, Asia y América Latina dentro de la Iglesia católica global.

Este cambio en la composición del Colegio Cardenalicio coincide con el notable aumento del número de fieles católicos en África, que aumenta de forma progresiva. Si en la actualidad el 20 % de católicos del mundo está en África, se espera que en 2050 sean ya el 40 %, con un ritmo de crecimiento del 2,1 % anual, especialmente en países como Nigeria, la República Democrática del Congo y Kenia. 

Porque el papa Francisco es considerado por muchos como el primer papa de la era postcolonial. Como primer pontífice del Sur Global rompió con la histórica hegemonía occidental en el liderazgo de la Iglesia católica, un hecho que en sí mismo simbolizó una descentralización del poder eclesiástico y una mayor atención a las regiones fuera de Europa, precisamente las más cruelmente marcadas por el colonialismo.

Al respecto, el papa Francisco se distinguió por sus mensajes claros y contundentes contra el imperialismo, el colonialismo y la explotación del continente africano. Escribí en febrero del año 2023 un artículo en el que confesé la admiración por lo claro y contundente que el papa se había mostrado en su viaje a la República Democrática del Congo, donde dejó titulares tan claros como “dejen de asfixiar a África”. En esa visita es donde más clara quedó esta perspectiva poscolonial de la que les hablo, cuando afirmaba categóricamente que “África no es una mina que explotar, ni una tierra que saquear”.

Hay que recordar que el de Francisco fue el papado que arrancó con el legado de precedentes de carácter más conservador. Un jesuita, un hombre que había pateado mucho las calles de su país, con un pensamiento influenciado por la teología de la liberación, esa que vincula la fe religiosa con la liberación de los pueblos de las estructuras de injusticia. Al abogar por la justicia, la igualdad global y dar voz a los marginados, Francisco se alineó con las aspiraciones de un continente, el africano, que busca superar los legados del dominio colonial.

Su llamada a respetar las tradiciones ancestrales y adaptar la Iglesia a las culturas locales también caló profundamente y coadyuvó en la búsqueda de una identidad postcolonial africana dentro del catolicismo.

Soy incapaz de hacer quinielas sobre quién será su sucesor, pero intuyo que algo muy bueno dice de su legado cuando se habla con naturalidad de que el próximo papa podría ser africano. Nombres como el del cardenal Peter Turkson de Ghana y el cardenal Robert Sarah de Guinea han sido mencionados como ‘papables’. La elección de un pontífice africano representaría un hito histórico y reflejaría el creciente peso del continente dentro de la Iglesia católica.

El papa realizó cinco viajes al continente africano, visitando un total de 10 países. Y todos ellos fueron altamente significativos para entender su legado y la estima que se le tiene en el continente: en 2015, por ejemplo, visitó Kenia, Uganda y la República Centroafricana, donde denunció precisamente las “nuevas formas de colonialismo” en medio del suburbio (‘slum’, en inglés) de Kibera, en Nairobi.

En ese mismo viaje, hizo una visita a la República Centroafricana y estuvo en Bangui, la capital, en un momento de conflicto encarnizado entre dos grupos, los seleka (musulmanes) y los antibalaka (cristianos). Ese fue un acto valiente en el que denunció que la guerra no entendía de religión y promovió la paz interreligiosa al mostrarse junto a líderes musulmanes y cristianos. Y es que el de la convivencia interreligiosa fue precisamente el mensaje que cultivó con fuerza en sus viajes a Egipto (2017) y Marruecos (2019). También en 2019 estuvo en Mozambique, Madagascar y Mauricio. El último viaje africano del papa, en 2023, fue muy especial, el de la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, donde lanzó poderosos mensajes por la paz, incluso besando los pies de los dos líderes sursudaneses enfrentados (Riek Machar y Salva Kiir), abogando una paz que perduró, pero que estos días, precisamente, pende de un hilo.

También me ha parecido siempre muy importante y positiva la sensibilidad del papa Francisco hacia el fenómeno migratorio y los refugiados, algo que fue una constante en su pontificado. Su primer viaje fuera de Roma en 2013 fue a la isla italiana de Lampedusa para reunirse con migrantes recién llegados, donde denunció la “globalización de la indiferencia” hacia ellos.

Abogó incansablemente por los migrantes, muchos de los cuales realizan peligrosas travesías. Incluso a través de una encíclica, llamada Fratelli Tutti (2020), condenó el trato inhumano hacia los migrantes y defendió su dignidad inalienable. Incluso llegó a calificar de “grave pecado” las políticas de cierre de fronteras y el abandono de migrantes.

El papa Francisco demostró una profunda preocupación por el tema del cambio climático, dedicándole la encíclica “Laudato Si – Sobre el cuidado de la Casa Común”. En este texto trascendental, al que hice referencia en el pregón que pronuncié en las fiestas de la Virgen de Candelaria, en el municipio tinerfeño de Candelaria, donde se encuentra la Basílica de la Virgen Patrona, en el año 2019, el pontífice hizo un llamamiento urgente a la conciencia de toda la humanidad para actuar ante las catástrofes medioambientales.

Inspirándose en el espíritu de San Francisco de Asís, patrono de la ecología, la encíclica establece la doctrina de que no se puede amar a Dios sin amar la naturaleza y a los más desfavorecidos, quienes sufren de manera desproporcionada las consecuencias del cambio climático. Subrayó la necesidad de un cambio en los estilos de vida, producción y consumo para combatir el calentamiento global. Saben ustedes, queridos lectores, de mi preocupación constante por el cambio climático y por su implacable impacto en el continente africano, como he puesto de manifiesto en decenas de artículos publicados en esta serie en los últimos años.

El legado del papa Francisco en África es imborrable. Su valentía al denunciar las injusticias, su cercanía a los marginados, su defensa de la paz y su profunda preocupación por el futuro del planeta resonaron profundamente en el continente. Su sensibilidad y acciones explican, en gran medida, el dinamismo y el crecimiento de la fe cristiana en África, un legado que perdurará en la memoria colectiva y continuará inspirando a las generaciones venideras. He oído y leído, como todos, muchas cosas estos días sobre el papa Francisco y cada vez estoy más convencido de que, con el tiempo, su mensaje y legado se agrandarán. Indudablemente, y por la parte que me toca al observarlo desde la perspectiva africana, su legado es gigantesco.

Artículo de José Segura Clavell, director general de Casa África, publicado en Kiosco InsularCanarias 7 Diario de Avisos los días 25, 26 y 28 de abril de 2025.

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