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El extraordinario valor de ser RUP

El extraordinario valor de ser RUP
Imagen: Web oficial de la Unión Europea
Director General

José Segura Clavell

Director general

Ahora que llegan los fondos europeos para paliar el tremendo impacto que ha supuesto la pandemia, creo que es fundamental poner en valor la importancia del estatus de Región Ultraperiférica que confiere a Canarias el Tratado de la Unión Europea.

Una de las cosas que más me impactó durante mi reciente viaje a Cabo Verde fue el comentario que diversos políticos caboverdianos me hicieron durante varios momentos de nuestra estancia en el país: “Ojalá que nosotros en Cabo Verde pudiéramos ser una región ultraperiférica”. Esa afirmación, obviamente, se contesta sola: para serlo deberían formar parte de la Unión Europea y en estos momentos Cabo Verde es una república independiente, un Estado soberano que forma parte de la Unión Africana. 

Sin embargo, lo que más me hizo pensar ante ese anhelo de nuestros amigos caboverdianos, fue en lo poco conscientes que la ciudadanía de nuestras islas es del gigantesco valor que para nuestra tierra tiene ese estatus de reconocimiento dentro de la Unión Europea. Es decir, para qué nos sirve. 

Es un asunto que me toca de muy cerca: en toda mi trayectoria política fui un activista de la llamada Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea, una comisión que no suele estar bajo los focos mediáticos, pero tiene una función de extrema importancia para nuestro país: es la que se encarga de generar informes sobre todas y cada una de las directivas europeas que como miembros de pleno derecho de la Unión Europea debemos acatar y cumplir. Cada norma nueva que Bruselas aprueba debe ser sometida a un dictamen del Gobierno y, junto a él, a un informe de la Comisión Mixta Congreso-Senado. 

Esos informes acaban siendo enviados por España a la Comisión Europea, que recibe de cada directiva un informe de cada uno de los Estados miembros.  Fui miembro de esta Comisión Mixta, primero como senador y después como Diputado en las Cortes en seis legislaturas, y me tocó en diversas ocasiones, por mi condición de canario y mi pasión por estos temas, ser el ponente de varios de estos informes. 

Recuerdo, por ejemplo, el que tuvo que hacerse cuando Mayotte, la única isla de las Comores, que decidió tras referéndum seguir siendo parte de Francia, se convirtió en una nueva región ultraperiférica de la Unión Europea, o cuando la Comisión Mixta publicó en 2010, después de un año de trabajo monográfico a instancias de este diputado, un extenso informe sobre las regiones ultraperiféricas que valoraba positivamente el trato que se le había dado a las RUP y por lo tanto a Canarias, en el Tratado de Lisboa. Ya en ese momento la UE consideraba a las RUP “una ventaja para Europa”.

Siempre he dicho que los temas comunitarios son como una locomotora de gasoil. Van siempre lentos, pero avanzan firmes y van llegando a las estaciones marcadas. Y en una época con la que vivimos, en la que tenemos la vida política tan polarizada y tendemos a ver toda la actualidad sin abrir el foco hacia nuestro continente, creo que es muy pertinente poner en valor la importancia que para Canarias constituye ser Europa, y especialmente estar contemplada en el Tratado de la Unión Europea como una Región Ultraperiférica, junto a las de la Guayana Francesa, Martinica, la isla de Reunión, San Bartolomé y San Martín, por parte de Francia, y Azores y Madeira por parte de Portugal. 

Canarias es la única RUP española, ya que por su lejanía al continente e insularidad necesitaba un tratamiento específico que compensase todos esos hándicaps que sufre respecto del continente: la dificultad de crear economías de escala, la complicada industrialización y la necesidad de importar materias primas y gran parte de todo lo que consumimos, con el sobrecoste que todo ello conlleva y repercute finalmente en el bolsillo, en la calidad de vida, de sus ciudadanos.  

Gracias al hecho de ser una RUP hemos podido implantar paulatinamente políticas de extrema importancia para el desarrollo del Archipiélago. En Cayena, en 1999, una reunión que precedía al Tratado de Ámsterdam abrió el camino marcando los cuatro principios que pretendían inspirar la acción comunitaria hacia las RUP: alcanzar la igualdad de oportunidades en cada región en comparación al continente, coherencia de las políticas comunitarias, poner en valor las potencialidades de cada territorio y trabajar en partenariado, es decir, en estrecha colaboración con las regiones y los Estados. 

Ser RUP nos permite defender la existencia de políticas aduaneras y comerciales propias, especificidades fiscales, disponer de zonas francas, tener una consideración especial en la definición de las políticas agrícolas y pesqueras y en las condiciones de abastecimiento de materias primas y de bienes de consumo básico. 

Ser RUP es un valor fundamental a tener en cuenta ahora que empieza el reparto de los fondos europeos de recuperación, que podrían suponer la llegada a Canarias de hasta 3500 millones de euros en inversiones que nos ayuden a recuperarnos del brutal golpe que nuestra economía ha vivido a raíz de la Covid-19. Por lo pronto, ya hay proyectos consignados por valor de más de 1100 millones, que además nos permitirán apostar por todos aquellos aspectos que desde hace tantos años reclamamos como fundamentales para lograr la cuasi utopía de diversificar nuestra economía, aspirar a una mínima industrialización y, de una vez por todas, volcarnos claramente hacia políticas que sean sostenibles y permitan poner nuestro grano de arena en la lucha contra el cambio climático, el gran elefante en la habitación para las próximas generaciones. 

Ser RUP también ha ayudado a Canarias en su relación con África. Y allí ha jugado un papel importante el concepto de la Gran Vecindad por el que la Unión Europea apuesta para cooperar con nuestros vecinos, en este caso del sur. Los programas Interreg-MAC llevan desde 2014 facilitando que Canarias, Azores y Madeira trabajen proyectos de forma conjunta e impliquen en ello a socios de países con los que tenemos un enorme potencial de crecimiento conjunto: Mauritania, Marruecos, Cabo Verde y Senegal. 

En total, en sus dos ediciones, estas ayudas para el desarrollo regional para las tres regiones ultraperiféricas han contado con más de 400 millones de euros. Algo más de la mitad han sido para Canarias. En la nueva edición, además (2021-2027), la Unión Europea está trabajando en ampliar los países africanos con los que asociarse a los proyectos y países como Gambia, Ghana, Costa de Marfil y Santo Tomé y Príncipe podrán formar parte de las alianzas, con el enorme abanico de posibilidades y potencial negocio que abre para nuestro Archipiélago. 

Desde Casa África nos hemos implicado en varios de ellos, como el llamado ConfiÁfri2 (continuación del proyecto ConfiÁfrica) para generar confianza entre pymes de ambas orillas o el programa Lazos, que compartimos con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y busca dejar huella en la mejora de la gobernanza local. 

Es muy importante que la gente entienda que un concepto tan aparentemente alejado de los ciudadanos como ‘Región Ultraperiférica’ de la Unión Europea tiene una incidencia enorme en nuestro día a día. Es importante, insisto, que en tiempos como los que vivimos, sepamos ponerlo en valor y transmitírselo a nuestra juventud. 

Artículo redactado por José Segura Clavell, director general de Casa África, y publicado el 12 de septiembre de 2021 en Canarias 7.

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