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Tenemos que aprovechar el poder de la revolución de datos

Tenemos que aprovechar el poder de la revolución de datos
Fortalecer las oficinas de estadística será especialmente importante a la luz de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Fortalecer las oficinas de estadística será especialmente importante a la luz de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Fortalecer las oficinas de estadística será especialmente importante a la luz de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Fortalecer las oficinas de estadística será especialmente importante a la luz de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La Fundación Mo Ibrahim ha publicado recientemente un informe que aspira a destacar una de las cuestiones esenciales a las que se enfrenta África: una revolución de datos africana está en marcha. Se ha conseguido un gran avance en el volumen de datos recogidos y producidos durante los últimos diez años. Nueve de cada diez africanos vive hoy en un país que ha conducido un censo poblacional. Y esto significa mejores datos en el recuento de población, así como en otros factores como la renta; las tendencias de crecimiento, y las tasas de escolarización, que dependen de esta información para sus estimaciones. Prácticamente todos los africanos viven en un país que ha realizado al menos una encuesta doméstica en los últimos diez años. Sin embargo, solo la mitad vive en un país que ha llevado a cabo más de dos encuestas comparables, creando dudas sobre la medición de, por ejemplo, cambios en los niveles de pobreza.

Además del incremento en el volumen de datos, los países africanos han demostrado su compromiso para mejorar su capacidad estadística. Los principios que gobiernan la producción de estadísticas –tales como el African Charter of Statistics y la Estrategia para la armonización estadística en África– han sido puestos en marcha y, en 2015, el Africa Data Consensus se adoptó como una estrategia más para intensificar el panorama estadístico del continente. Mientras estas iniciativas destacan el creciente reconocimiento de estos datos en el continente, se necesitan más acciones para centrarse en compromisos concretos y la forma de medirlos.

Déficit de datos
Aún existen desafíos que rodean la colección, producción y el uso de datos. Un déficit de información que requiere de atención urgente es el registro civil. Menos de uno de cada cinco nacimientos conocidos ocurren en un país con un sistema de registro completo. Aunque los obstáculos varían dependiendo del país, ser registrado en el momento del nacimiento (así como en el del fallecimiento) es importante tanto desde una perspectiva de representación y derechos (solo como ciudadano puede uno demandar bienes y servicios de su estado), como para permitir al gobierno tener información sobre el estado de su población.

La producción de datos puede ser politizada por los gobiernos, especialmente donde esta está ligada a la distribución de recursos o cuando hay sensibilidad política sobre los números. Alinear los datos con las prioridades de las entidades donantes ha supuesto un problema particular para algunos países africanos, donde estos donantes aportan más del 80% del total del presupuesto para la producción de información. Esto puede llevar a la producción de información que no sea necesariamente la más útil para los propios países.

De forma similar, las definiciones usadas en torno a la recopilación de datos pueden ser inapropiadas para captar de forma precisa el fenómeno a medir. En algunos países africanos con grandes sectores informales, la diversidad de relaciones de empleo no se capta correctamente en las definiciones «empleo asalariado» y «autoempleo». Los estadísticos del continente deben trabajar conjuntamente para crear unas definiciones adecuadas en el diseño de las encuestas, y así capturar de forma apropiada las estadísticas del mercado laboral del continente.

Políticas impulsadas por datos
Estos retos pueden ser parcialmente abordados fortaleciendo la capacidad de las Oficinas de Estadística Nacionales (NSO, por sus siglas en inglés). Para que estas NSO aporten información sólida, oportuna y de confianza, el estudio identifica tres cuestiones fundamentales: independencia, financiación y capacidad. Desafortunadamente, a pesar de su importancia, las NSO permanecen enormemente infrafinanciadas.

[quote]Establecer una oficina de estadística es menos llamativo que construir un hospital o una escuela pero las políticas que son impulsadas por estos datos asegurarán que más hospitales y más escuelas sean creados de forma efectiva y eficiente (Mo Ibrahim)[/quote]

A medida que el volumen de datos aumenta junto al progreso en la capacidad estadística, el uso de estos datos debe presentarse como prioridad. Con el fin de que los datos sean útiles para los gobiernos y los ciudadanos por igual, estos necesitan ser fácilmente entendibles, abiertos y accesibles. En este momento, solo 20 NSO en África publican sus datos en sus páginas web en un formato accesible por ordenador.

Fortalecer las NSO será especialmente importante a la luz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales requerirán de una recopilación de información hasta ocho veces el número de propósitos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Recopilar los datos necesarios para medir estos propósitos supondrá probablemente una carga de trabajo inasumible por las NSOs. Sin embargo, unas oficinas de estadística capaces y fortalecidas podrán emplear estos datos y articular las prioridades regionales, nacionales y locales. Esperamos poder continuar el compromiso hacia una mejor recopilación de datos en África.

La Fundación Mo Ibrahim nació en el año 2006 centrada en la importancia crítica del liderazgo y la gobernanza en África. Proporciona herramientas de apoyo al progreso y promueve cambios relevantes en el continente. Se trata de una organización sin ánimo de lucro que define, asesora y realza la gobernanza y el liderazgo en África. En este enlace puedes descargar el informe Strength in numbers: Africa’s data revolution.

Este artículo se publicó por primera vez en la página web de la Fundación Mo Ibrahim. Traducción: Alejandro Martín Rodríguez.

 

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